El Software que utilizamos es, en sí mismo una herramienta de trabajo. Ahora bien, al elegir uno de ellos para hacer determinada tarea estamos dependiendo de sus características, propiedades, ventajas y desventajas. Pero qué hay de su interacción con otros programas, con otras herramientas. Creo que este es un parámetro muy importante para tener en cuenta al momento de elegir el Software con que vamos a trabajar.
Un Software que se “encierra en sí mismo”, es decir usa su propia base de datos encriptada, o utiliza formatos exclusivos, o no exporta sus formatos para operar con otras herramientas, no comparte conceptos, no incluye en la exportación de archivos los parámetros profesionales, no abre su código para la inclusión de aplicaciones, etc., no sería recomendable para realizar nuestra tarea, pues terminaríamos presos del mismo de sus herramientas y de sus limitaciones (todo Software tiene limitaciones).
En cambio un Software que sabe compartir formatos en profundidad, que no solo los exporta/importa sino que también incluye en este proceso los parámetros de los objetos; que abre su código lo suficiente para poder personalizarlo con aplicaciones; o que “lee en forma directa” otros formatos, que logra trabajar en la mayor diversidad virtual existente en este mundo globalizado; este Software nos va a dar la libertad suficiente para poder elegir.
¿Y elegir qué?
Ni más ni menos que a nuestros clientes, proveedores, socios de nuestros proyectos, porque podremos proveer, proveernos y compartir toda la información. También podremos incluir e involucrar al público en general, punto no menos importante, en tanto y en cuanto nuestro Software nos permita publicar nuestro proyecto en los formatos más comunes y populares.